Entrevista Chana Perera (Asociación Milana)
Empezando por lo más reciente, ¿qué supone para su asociación recibir el premio ‘Referente de la Biosfera’ que otorga el Cabildo de Lanzarote?
Haber recibido el premio ha sido un aliciente para todos los miembros de la Asociación Milana. Ha sido un equipo de varias personas que, de forma altruista, ha dado su trabajo en beneficio de la sociedad.
Tengo que ser coherente y sincera conmigo misma y decir que los equipos son los que funcionan porque mantenerse durante doce años sin compensación económica es muy difícil.
¿Cómo y por qué surge la asociación Milana en la Isla?
Este proyecto nació en el Colegio Las Mercedes, de Mala, como parte del aprendizaje aplicando las ocho competencias básicas de la educación. Agradecer al coordinador del Proyecto Atlántica, Florencio Luengo, y al inspector de Educación de entonces, Rafael Curbelo, por permitir desarrollar el proyecto. Y a los niños, niñas, padres, madres y agricultores.
En principio éramos cuatro personas: Alejandro Perdomo, mi compañero de trabajo, Martín Orestes Robayna, experto en informática que iba grabando todo lo que ocurría dentro y fuera del aula, y más tarde se incorporó el biólogo Juan Cazorla.
Este proyecto consistía en que la escuela saliera a la vida y que la vida entrara a la escuela. Los padres y madres, junto a los niños, elaboraron las herramientas y los niños iban con los agricultores a las fincas a coger cochinilla, despencar, tirar higos, etc. Asimismo, en el patio del colegio se hizo una pequeña finca, ayudados por los operarios del Ayuntamiento y los agricultores, quienes iban instruyendo a los niños sobre cómo se hacía la finca y la plantación.
Me gustaría mencionar tantas salidas que hicimos con los niños y sus madres, llevando el proyecto por toda Canarias y la Península, pero quiero resaltar dos: un intercambio cultural con el CEIP Palomeras Bajas de Madrid y la visita a la Universidad Juan Carlos I de Alcorcón; un espectáculo de cine: los niños sentados en el estrado del Aula Magna de la Universidad y los estudiantes y catedráticos escuchando a las niñas y niños de Mala, de entre ocho y doce años, contando las excelencias de la cochinilla.
En el año 2005 creamos la Asociación Milana para darles la bienvenida a otras personas.
¿Cuáles son sus principales actividades y líneas de trabajo?
La Asociación Milana tiene muy bien definidos sus quehaceres: tenemos el proyecto ‘Integración social a través de los tintes naturales: la cochinilla en el arte y la artesanía IV’, concedido en colaboración con el Servicio Canario de Empleo y cofinanciado por el Servicio Público de Empleo Estatal y el Servicio Canario de Empleo, dedicado a personas en riesgo de exclusión como Centro Penitenciario, Comunidad Terapéutica de Zonzamas, Centro de Día de Zonzamas, AFOL, así como a otras asociaciones como Tiemar, centros socioculturales y centros educativos.
En éstos últimos se trata de enseñar, además de los procesos de teñido, la creación de cooperativas, fomentando así la emprendeduría. En estos momentos estamos en la etapa inicial del proyecto y se ha contratado a cinco desempleados, que fueron enviados por el propio Servicio Canario de Empleo para su selección.
Además de ello, contamos con una colaboración con el Cabildo de Lanzarote, por la que cada año se realiza un proyecto denominado ‘Las rutas de la cochinilla’, dirigido a centros educativos. Igualmente, con el Ayuntamiento de Haría mantenemos el proyecto ‘La cochinilla en el arte y la artesanía’, de tres meses de duración, dirigidos a las personas del municipio.
Finalmente, tengo que decir que las actividades de la Asociación han traspasado las fronteras de nuestro entorno, trabajando con cadenas televisivas europeas como la RAI Italiana, la BBC inglesa, Canal Arte de Francia y con museos como el MOMA de Nueva York, el Museo Internacional de Artesanía de Nuevo México y de California, el Centro de Interpretación del Doctor de los Ríos en México, el Centro de Interpretación del Doctor Liberato Portillo de Guadalajara (México) o la Universidad de La Laguna, con un proyecto de alimentación con la Doctora Emma Borges y un proyecto de agricultura con el Doctor Damián de Torres.
Sí quisiera hacer hincapié en que hace tres años nos visitó el Doctor Manuel Blasco, de la Universidad de Badajoz, y que tiene prevista una nueva visita en la que se ha ofrecido a impartir una ponencia sobre el aprovechamiento y el uso de la tunera y el tuno, puesto que además de la cochinilla, el nopal (tunera) se utiliza en la alimentación, ya que tiene mucílagos tan importantes para nuestra salud. Hace unos años nos enviaron de México tuneras sin púas y un libro con más de mil recetas y ya hay personas en la Isla haciendo experiencias. Reflexionemos: tenemos una riqueza potencial por explorar.
¿Qué trascendencia tuvo en el pasado el cultivo de la cochinilla para el campo conejero?
Podemos decir que la cochinilla, que llegó a Canarias en 1825, tuvo una mala acogida entre los agricultores canarios, que vieron en ella una plaga que iba a acabar con otros cultivos existentes. Pero una vez disipada las dudas, la cochinilla tuvo una gran expansión, puesto que las islas tenían las condiciones óptimas para el cultivo de la tunera y la cría de la cochinilla.
¿Cree que se ha avanzado en el rescate de este tipo de cultivo tan importante en el municipio norteño?
Se ha avanzado muy poco. Hay que desarrollar pasiones fuertes para formar a gente joven. Parece que hay buenas intenciones pero hay que plasmarlas.
¿Qué otras utilidades puede tener la cochinilla a día de hoy?
La cochinilla tiene múltiples aplicaciones: teñido de ropa, maderas, cueros, alimentación, cosmética, medicinas, etc.
¿Cuál es la situación actual del proyecto de centro de interpretación en Mala?
Después de tantos años de incertidumbre parece que se va a abrir pronto. Espero que ello conlleve una esperanza para que la gente vuelva a tener entusiasmo y veamos de nuevo la belleza de los campos de Mala y Guatiza. Tengo en mi retina esas imágenes del colorido de la gente en medio de ese campo de tuneras, regalo de nuestros antepasados.
Y renglón aparte, quiero hacer una mención especial a César Corpas, farmacéutico industrial y biólogo genetista, que nos enseñó el proceso de teñido y del carmín.