Carta de despedida

Termina esta semana una intensa etapa al frente de la Alcaldía de Haría. Casi un año y medio en el que he tenido el inmenso honor y el enorme privilegio de representar a todos los vecinos y vecinas de mi municipio, de velar por sus intereses y de luchar por convertir el norte de Lanzarote en un lugar mejor donde nacer, vivir, emprender y relacionarse.

Creo honestamente que en este tiempo, corto pero fructífero, tanto yo como mis compañeros hemos sido fieles a nuestros principios y a nuestro compromiso con los harianos, que es, en definitiva, la motivación que nos condujo hasta aquí, hace ya algunos años.

Nuestra intención desde un primer momento fue apostar por elementos fundamentales para el desarrollo de un pueblo, como la educación, la cultura o la artesanía, respetando y poniendo en valor el patrimonio natural y nuestras costumbres y tradiciones, sin renunciar al desarrollo para no quedarnos atrás en estos tiempos complejos en los que vivimos.

Me siento especialmente orgulloso de haber abordado de una vez la modificación del Plan General y de poner fin al conflicto de la Cueva de Los Verdes, así como de haber contribuido a modernizar y profesionalizar la gestión de la Administración, haciéndola más eficiente con un mejor aprovechamiento de los escasos recursos disponibles.

No se puede obviar que la pandemia y la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 han condicionado enormemente este año 2020, en el que nos hemos volcado en ayudar a las familias más vulnerables del municipio, cambiando la hoja de ruta que habíamos trazado en un principio, siempre pensando en el bienestar de la población.

No me gustaría dejar mi cargo sin agradecer el cariño y el respaldo que he sentido desde el primer momento de parte de todos los harianos. Con mis aciertos y errores, confío en que valoren que he dado todo lo que estaba en mi mano, y en ocasiones incluso más, para pelear por sus intereses y por el bien de nuestro pueblo, sin pensar en siglas ni colores políticos.

También quiero dedicar unas palabras a los trabajadores del Ayuntamiento y a todo el personal municipal con el que he tenido el placer de desarrollar mi labor. Me he sentido en todo momento tremendamente arropado y acompañado en la difícil tarea de la gestión de lo público. En ningún momento he tenido la impresión de estar solo en esta ardua empresa.

En definitiva, muchas gracias a todos por haberme dado la oportunidad de ser el alcalde de mi pueblo, uno de los mayores honores que puede tener una persona. ¡Hasta siempre!

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