Por Gregorio Barreto Viñoly
De los areneros o roferos que se utilizaban antiguamente en el entorno
Antes teníamos, con toda libertad, la elección de areneros o roferos, como se dice ahora, para sacar la arena necesaria para trabajar nuestras fincas. Siendo considerado el arenero de La Capellanía, en el pueblo de Máguez, como el mejor arenero agrícola de Lanzarote. Aunque habían otros muchos areneros repartidos por la Isla, como uno que se utilizaba en la Montaña de Los Llanos en Máguez, y otros en las zonas de los Barichuelos de Máguez y hasta de Yé. También surgió una zona inmediata a La Capellanía de Máguez, al poniente, que era y es llamada La Chapa, como también era la Cuesta de Yé y hasta La Caldera de Guatifay y algunas zonas dentro del Malpaís de La Corona.
Algunos lugares eran incompatibles con el medio ambiente y, ya en los años de 70 y 80, se fue prohibiendo sacar arena de algunos de ellos. El arenero de La Capellanía de Máguez fue el único declarado como autorizado para la agricultura en Lanzarote. Se sacó arena también de algunas zonas de La Geria o inmediatas, pero eran zonas que habían estado prohibidas por Medio Ambiente. También se utilizó la zona lávica del Tefío de Máguez, al naciente de La Capellanía, como arenero, pero se prohibió.
Es conveniente recalcar que se hizo un muy mal uso de las arenas que se sacaban del Rofero de La Capellanía, porque casi toda se extraía de esta zona y se repartía por toda la Isla. Lo malo es que no se llevaba sólo para fines agrícolas, sino que la mayor parte de esta arena se utilizaba para cubrir la infinidad de urbanizaciones y obras de todo tipo que se fueron generalizando en Lanzarote.
A este ritmo, la arena se fue haciendo poca, hasta el punto de que se acabó casi totalmente con los areneros de La Capellanía y La Chapa. Esto es una pena porque, al no administrarse bien, ya hace varios años que no hay arena disponible para cubrir las necesidades de las zonas del municipio Haría que se quieran arenar o, simplemente, refrescar. Aunque la verdad es que la agricultura ha pasado a ser una actividad residual en nuestro entorno insular.
Haciendo un poco de historia, digamos que antes no había ni siquiera camiones para llevar a cabo el traslado de arenas. A partir de los años de 20, empezaron a aparecer algunos camiones. Uno de los más antiguos y más dinámico fueron los de don Ventura Acuña Quintero, recordado hoy en día por algunas personas. Empezó a sacar arena para la agricultura con sus camiones, a principios de los años de 40, en la unión de La Capellanía con La Chapa, pegado al camino.
Luego fueron apareciendo otras iniciativas en este servicio, como los camiones de don Emilio Rodríguez Pacheco, con sus chóferes don Feliciano y don Vicente Betancor Romero y don Antonio López Socas. También ofrecía el servicio el camión de unos palmeros, el de don Sebastián Fernández Ramírez, el de don Juan Manuel Curbelo Barreto, don Mariano López Socas, don Marcial Barreto Viñoly, don Marcelino Ramírez Figueroa, don Gervasio Concepción Niz, y luego llegó la gran empresa de los Hermanos Ramírez Barreto, y don Manuel Nieves. No podemos olvidarnos del popular chófer don Baltasar de León Reyes y tampoco de don Andrés Arráez Callero o de otros como don Filiberto Acuña Quintero, y don Pedro Caraballo padre, e hijos. Además de don Juan Fernández Cejudo con su hijo y su hermano Isaías, con su industria de la Bloquera en Arrieta.
Es de destacar que antes se llenaban y vaciaban los camiones, por medio de peones en Punta de Mala, hasta la aparición del volquete, que vino a remediar este problema.