Por Gregorio Barreto Viñoly
Recordando al vecino Pedro Caraballo Armas
El día 13 de mayo actual falleció el hariano Juan Pedro Caraballo Armas, que había nacido el 25 de marzo de 1933, de una forma repentina, pues había estado de excursión normal en Madrid del 23 al 29 de abril pasado, y al poco de llegar de regreso fue internado y ya no tuvo recuperación.
Era hijo de Pedro Caraballo Delgado y de Manuela Armas Mesa, y casó en el año de 1961 con la también hariana Hilda Callero Rodríguez, con la que tuvo cinco hijos, falleciendo el mayor, Pedro Orlando, en 1982, a muy corta edad, quedando estos otros cuatro hijos varones: Manuel Jesús, José Luis, Alexis y Juan Carlos, y falleciendo también su esposa a temprana edad. Fue un hombre muy trabajador.
Pedro Caraballo fue uno de los hombres históricos transportistas de agua en cubas en el municipio de Haría, en especial en los años de 1960-1970.
En la curva de abajo de la Cuesta de Trujillo, a los dos costados, arregló una buena finca que su mujer Hilda heredara de sus padres Macario Callero Rivera y Juana Rodríguez Perdomo, donde plantaba de todo y se le veía frecuente, construyendo un almacén con una bodeguita, asociándose con los bodegueros caseros del municipio.
Era socio de la Asociación de la Tercera Edad, donde colaboraba y solía ir de excursión con mucha frecuencia, siendo asiduo a juntarse con amigos para pasar el rato.
Aparte de su trabajo en Haría cargando agua en cubas, el mismo camión lo dedicaba además a dar viajes a Arrecife con transporte de mercancías, y más tarde se situó en Arrecife, trabajando en el Muelle, llegando a tener dos camiones y un trompo.
De la distribución de agua en cubas en el municipio de Haría
En la antigüedad, la forma de abastecerse de agua en las casas era por el procedimiento de guindarla con baldes desde los aljibes, y también se utilizaban unos cacharros o boticicos, y en especial había unos que les llamaban latas de petróleo, que llevaban las mujeres a la cabeza, y también había el modo de utilizar barricas y barriles, y además garrafones, y en especial en camellos o burros.
Pero fue a principios de los años de 1960 cuando proliferaron las cubas y así estaban los camiones-cubas de Juan Duque Caraballo, de Pedro Caraballo Armas y de Florencio Rodríguez Robayna, y luego la de Antonio Rodríguez Robayna y su hijo Antonio Rodríguez González, y también Manuel Caraballo Armas, Juanito el de la leche, y también Andrés Figuera Luzardo, con una cuba muy grande.
Cuando empezaron a aparecer las cubas, estas llevaban unos 6.000 litros de agua, y luego se fueron ampliando, y como era poca el agua del Chafariz y aljibes de La Corona y de Ye, la distribución que se hacía no tocaba a cuba entera y así se llegó a distribuir a media cuba, es decir, a 3.000 litros por casa.
El problema del agua se empezó a solucionar con la llegada de las potabilizadoras, con merecimientos del primero, que fuera el ingeniero naval, Don Manuel Díaz Rijo, en el año de 1964, pero antes de establecerse la red de distribución también se abastecía en camiones-cubas desde los depósitos de las potabilizadoras.