Por Gregorio Barreto Viñoly
De los marchantes, risqueros y cortadores de palma de antes
Hago una referencia de tres oficios profesionales asociados, porque antes había personas que hacían tres trabajos alternativamente, y así hubo quienes que eran buenos cortadores de palma y al tiempo algunos fueron marchantes, como así se da, al menos con mayor asiduidad, en la familia Callero radicada en el municipio de Haría.
Nos vamos a referir primordialmente a la familia Callero, y es que se trata de una rama familiar que se situó en Haría por los años de 1840, proveniente de Teguise, y así se sabe que Don Antonio Callero, como primero en situarse, procedía de dicho municipio, y se casó con Doña Matilde Luzardo Lemes, cuyo matrimonio se asentó en el Barrio de El Islote, del pueblo de Haría, teniendo siete hijos entre varones y mujeres, apellidados Callero Luzardo, y sucediendo en la siguiente generación los apellidados Callero Rivera.
El primer Callero que se situó en Haría fue Don Antonio Callero, como se dice, siendo matarife y marchante y además buen cortador o podador de palmas, en un lugar donde tantas palmas había, con unas 10.000 unidades, que dio origen a que el pueblo de Haría fuera llamado el Valle de las 10.000 palmeras, registrándose muchos problemas en algunas personas por clavarse un pico de palma, y también fue un gran risquero, y sin embargo hay referencias de que uno de los más antiguos Callero, sin saberse exactamente cual, falleció desriscado en los riscos del Poniente de Haría. Don Antonio Callero fue nacido en Teguise el 1 de enero de 1824 y falleció el 23 de enero de 1897, siendo hijo de María, y habiendo dejado siete hijos, como se indica anteriormente.
Siguieron la misma tarea los hijos de Don Antonio Callero, cuales fueron los Callero Luzardo, y a partir de Don Marcial Callero Luzardo vinieron los Callero Rivera, como sus hijos. Lo que la gente más recuerda actualmente es la labor de Don Marcial Fernández Callero, con sus dos hijos Marcial y Carmelo, que también se ejercitaron en ello, habiendo coincidido en la profesión con su cuñado Don Manuel Pérez Santana, y se les recuerda de verlos en la carnicería de Haría en los años de 1950, y también a Juan Callero Acosta, como descendiente del original, casado en Máguez. Pero también se reconocieron como buenos cortadores de palma los hermanos Marcial y Macario Callero Rodrí- guez, hijos de Macario Callero Rivera.
Hay que recordar a otros risqueros como Virgilio Paz Noda, Don Marcial González Zerpa y otros, de los que se valía el Juzgado para rescatar los cuerpos de algunos desriscados, que perdieron la vida en labores de caza de pardelas, también cogiendo musgo del risco, especialmente la orchilla, donde yacen aún cuerpos que no se pudieron rescatar. También tenemos otras personas que se dedicaron al corte o poda de palmas, y de eso hubo bastantes, porque antes teníamos muchas palmas y además daban algún beneficio económico, y recordemos a Don Juan Betancor Betancor, Don Marcial González Zerpa, Don Antonio Méndez González, y de último Don Marcos González Zerpa, aunque se recuerda también las cosas que hacía sobre la palma Camilo Romero Betancor, que trabajaba descalzo.
Pero no podemos olvidar a los risqueros de Guinate, descendientes de Don Bernardo Quesada Acuña, que fueron especialmente sus dos hijos, Tomás Quesada González, que era considerado como un malabarista en el Risco, pues hacía valentías increíbles, y su hermano Emilio, que era concretamente pastor, y se metía y salía del Risco de Guinate de una forma increíble e insospechada. También los que ya reunimos unos buenos años nos acordamos de ver a los marchantes que venían de Arrecife a comprar, especialmente becerritos y se los llevaban, como fueron Don Tomás de Armas Chacón y el Sr. Elvira, que solían venir juntos a veces.