Balcón de Haría

gregorio

Por Gregorio Barreto Viñoly

 

 

Del aprovechamiento de las frutas antiguamente

En la antigüedad teníamos muchas variedades de frutas y se procuraba aprovecharlas todas, porque la necesidad lo demandaba, pues la pobreza dominaba la situación y la gente se las arreglaba como podía para que fuera aprovechada al máximo y no se desperdiciara nada.

 

Una de las frutas que más abundaba era el higo de higuera, en sus distintas variedades de colorada, higuera gomera, higuera vigariña o vigasota, higuera negra y otras, pero el mejor higo que se comía venía de la higuera brevera, que tenía un gusto especial, muy dulce pero muy sabroso, en forma de uva moscatel grande, pero de color marcadamente negro. De estas higueras breveras, por cierto, había pocas unidades y no solían hacerse corpulentas.

 

Pero no cabe duda de que todas las variedades de higos de higuera eran muy sabrosos y muy apetecibles, hasta el punto de que había familias cuya comida se basaba en los higos, que los comían solos o los mezclaban con gofio en polvo o gofio amasado, pero que escapaban con los frutos que contenían sus higueras en los veranos. Los higos eran muy respetados por las personas ajenas, que no eran dueños de las higueras, pero así y todo había muchos robos y se llegaban a presentar algunas denuncias en el Juzgado por robo de higos, aunque algunos lo toleraban.

 

Los meses principales de la fruta eran los de agosto y septiembre y algunos salían antes, que les llamaban tempranos, y así a veces las higueras cargaban de higos tempranos. Había mucha necesidad en los años de 1930 a 1950 y también mucho antes, y la gente tocaba los higos para cogerlos, pero a veces, cuando no estaban en su punto, estos higos, a base de estregarlos y apretujarlos, iban cediendo y al poco ya maduraban y los toques aceleraban la maduración, y así se diferenciaban estos higos como ‘higos hinchones’ o ‘higos jinchones’, lo que se valoraba por el grado de maduración que tuvieran.

 

Los higos de higuera era la fruta más valorada y se recuerda aún cómo algunos caciques y otros llevaban como peonas a mujeres y también hombres, pero el cacique estaba al acecho y daba las instrucciones tajantes de que cuando se disponían a coger los higos se pusieran a cantar, y era como una medida de controlarlos, puesto que cantando no se pueden comer muchos higos.

 

Pero la uva ha sido desde siempre una de las frutas favoritas y mucha o la mayoría de ella se ha destinado a la elaboración en vino, pero una buena parte se ha utilizado como fruta, en la mesa de nuestras cocinas y comedores, como es la más selecta, la moscatel, pero también otras uvas sabrosas para nuestra mesa, como la listada en blanco y negro, y la de Diego o gruesa.

 

Había otros tipos o variedades de frutas y estaba uno importante que era el higo picón, que se utilizaba de varias formas, en especial, pelado y puesto en paseros, que luego se les llamaba ‘higos porretas’ y eran de higo colorado o blanco que eran muy sabrosos, pero tenían muchos picos y volaban y se posaban, y también tenían otro problema, que por tanta pipa tendían a trancar los intestinos y por eso había que comerlos con moderación.

 

Hay que considerar que nuestras frutas en general se han degradado mucho en los últimos años, ya que todas ellas están siendo atacadas por el pernicioso bicho o embichado. Pero también teníamos otras frutas, como el duraznero en sus distintas variedades y antes no se embichaban, también el guayabo y la guayaba, que si tendían a tener bichos; también era una buena fruta la pera, en sus distintas variedades, el membrillo y la algarroba o farroga, que era muy dura y había pocas, pero algo se comía.

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