De las excursiones o salidas cortas de gira que se hacían antes
Siempre la gente ha tenido en su mente la idea de salir de gira, o lo que es igual, el ir de excursión normalmente en salida corta dentro de la isla, para lo que se unían varias personas en plan de amigos y se iban al lugar que les apetecía, en el bien entendido, que antes no había coches, y había que salir caminando, o especialmente en burro o camello, y que si la salida era por la mañana, ya por la tarde estaban de regreso.
Pensemos que la gente iba en especial hasta una orilla del mar o playa, y los puntos más elegidos eran los de Arrieta y Punta Mujeres, y también Órzola, pero también había algún grupo que se iba a otros lugares, como cualquier sitio del campo abierto, del Malpaís, como eran importantes los de La Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, y en algunas ocasiones tenían en proyecto investigar y meterse en algunas cuevas que a veces resultaban hasta peligrosas, pero también había algún grupo que se iba sin tener linternas fuertes o fogones, y entonces poco era lo que podían introducirse, al no tener luz.
Y de ello se recuerda como entusiastas y atrevidos a Don Pedro Luzardo Cabrera y otros más antiguos, en los años de 1930 y 1940, pero posteriormente también fueron saliendo otros, y vaya que los hermanos Reyes Espino, como Paco y Nicolás, y de Paco en especial, constan hazañas peligrosas, cubriendo un buen renglón en ello, en el mundo de la espeleología, como también Óscar Torres Berriel y algunos otros que se fueron entusiasmando y sumando a los grupos que se organizaban para visitar estos lugares. También el que fuera alcalde, Don Mariano López Socas, gustaba de ellos y Cristóbal Rodríguez Fontes cubrió una hazaña atrevida.
Pero estas excursiones o giras también las llevaban a cabo los maestros de escuela y por cierto hubo algún problema por malentendidos que no llegaron a ser muy importantes, pero lo más que se prefería era el ir a Arrieta, pero también a lugares del Malpais, como la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua. Se recuerda aún de ver los comistrajes al Poniente del Charco de los Jameos del Agua, en que no solían faltar las piñas.
Y es que estas excursiones se llegaron a realizar hasta la isla de La Graciosa, Montaña Clara y Alegranza, pero estas llevaban un objetivo marcado, que era el de la caza de pardelas, en especial en los meses de agosto, cuando no podía faltar el vino de la tierra.
Lo mejor que tenían estas excursiones era que en ellas se hallaba previsto el buscar un momento para comer, y así llevaba cada uno lo que tenía o podía, como era en especial las piñas, pero también queso, pescado que ellos mismos se proporcionaban en un marisqueo en las cercanías, a veces, y se utilizaban también antes las sardinas, que era un pescado fácil de conseguir y a precio barato y hasta regalado si había algún amigo que lo facilitara, que era bastante normal entonces.
Ya más tarde, cuando empezaron a aparecer los vehículos, ya se fueron organizando de una forma más masiva, por agrupaciones de la Tercera Edad, deportivas, sociales o de sociedades culturales y de otro tipo, que se hacían por el otro extremo de la isla y la gente quedaba muy contenta por dar este recorrido en un plan divertido.