Balcón de Haría

gregorio

Por Gregorio Barreto Viñoly

 

 

Animales domésticos como medios de transporte de antes

Hay que valorar el hecho de que los medios de transporte que existen ahora, los vehículos a motor tales como camiones, coches y motos, no llegaron a estas latitudes hasta el año de 1915, aproximadamente, y el auge del movimiento de coches particulares o de turismo y de motos comenzó en los años de 1960 y al fin siendo un gran medio de transporte desde los años de 1970, aunque su adquisición no estaba al alcance de todos, ya que era algo nuevo y hacía falta mucho dinero.

 

Hay que tener en cuenta que si nos introducimos en los medios de transporte más normales que existían antes, tenemos que centrarnos, como algo muy cotidiano, en la existencia de camellos y burros, que eran utilizados en la agricultura como los medios que se tenían a mano, aunque también había algunos caballos, yeguas y mulas, pero eso ya era para unos pocos más pudientes, que se utilizaban solo como medio de montura.

 

Para hacerse una idea de los animales que teníamos an-tes para los ejercicios de la agricultura, hay que tener en cuenta que en el municipio de Haría, allá por los años de 1940 y 1950, había muchos animales que estaban al servicio de la agricultura, y hay que tener en cuenta que el denominado Censo de Requisición Militar, que registraba todos los elementos más importantes que se preveían para una su-puesta alarma militar, y en este caso, el ganado con que se contaba entonces arrojaba una existencia de 400 burros y 200 camellos en el Censo formado en el año de 1950.

 

El camello era el animal más forzudo con que se contaba y se utilizaba para cargarlo de grandes pesos, que se podían catalogar ahora de abusivos, ya que en ocasiones se llegaba a cargar a estos animales hasta con 500 kilos, lo que era equiparable a cinco sacos de guano. Estos animales, con esos pesos tan enormes que se les ponían encima, a veces no podían desenvolverse y en ocasiones, cuando se le ponía una gran carga de sementera en la finca, se negaban a levantarse porque no podían con ella, o también los camellos cargados con un gran peso, situados en fincas de laderas, se resbalaban y caían hasta llegar a otro paredón más bajo y se daban vuelta con esa carga encima.

 

Pero además a veces a estos animales se les llevaba por unas veredas que se solían hacer antes, muy estrechas y en alto, entre dos paredes de poca resistencia, y los camellos con su gran peso rompían la base de las mismas y llegaban a caer al ceder las paredes de costado, al no poder aguantar tanto peso, o quedaban estos camellos baldados o desconchados, ya medio inútiles para seguir haciendo estas ta-reas tan fuertes.

 

Estos animales traían para las eras esas cargas de sementera que se denominaban vasos, y llegaban hasta las eras en los pueblos, y estos animales con sus cargas tan tremendas, a veces ni cabían por las estrechas calles y buena suerte se-ría el llegar a ver una de esta fotos de estos camellos con sus cargas, porque es de los más bonito para verse, aunque abusivos.

 

Pero digamos de los servicios que nos prestaban los bu-rros, y es que como antes trabajaba el hombre y la mujer, salía el hombre al campo con un burro macho, y la mujer salía ‘escanchada’ sobre la albarda, con su burra hembra, y eso era lo más normal que había entonces, siendo la carga máximas de los burros de hasta unos 200 kilos.

 

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