Antiguamente había una forma muy distinta de lo que ha habido ahora, en relación con las formas que se manifestaban para preparar artículos muy diversos para la venta.
Aún se recuerda cuando venían personas de la Vuelta de de Abajo, en sus burros y hasta camellos, cargados especialmente de batatas, que abundaban mucho allá, y eran muy apetecidas por las gentes del Municipio, que se consumían especialmente haciendo sancochos, u otras comidas, para lo que no faltaba nuestro mojo especialmente picón, pero también se utilizaba con interés el mojo verde, que se hacía muy sabroso.
Pero además también venían coches cargados de pescado fresco en especial, aunque también habían personas del Municipio que se dedicaban a esta actividad, y de gentes de fuera nos acordamos de Bernabé, que se hizo famoso o al menos popular, entonces.
Pero también venían vehículos con tomates, que eran de una excelente calidad, y la gente se iba a ellos cuando sabían que estaban por aquí vendiendo.
No podemos olvidar lo más importante en la venta de pescados frescos, como fueron los que venían de la vecina isla de La Graciosa, subiendo las mujeres el risco con la cesta de pescado a la cabeza, y se vendía en los pueblos de Ye, Máguez y de Haría, con el gran esfuerzo de estas mujeres valientes e incansables, que se han hecho memorables para prestigio de todas las mujeres que se atrevieron a vender pescado con los esfuerzos citados.
También hubo personas que se dedicaron, llevando en sus burros especialmente, una buena cantidad de pescados salado, como burro, chesne, y tantas otras variedades, pero que además también traían pescado seco, jareado, como viejas, salemas y otras tantas variedades, así como también traían a veces pulpos especialmente secos, pero también a veces en fresco.
Pero también se recuerda aún, de cómo venían burros y camellos, especialmente de Órzola, y que se vendía por las Calle, y la gente se interesaba por comprar.
También se llegaba a vender carne por los marchantes, por las calles, de una forma ambulante, pero en realidad, esta clase de ventas se hacía por encargo al marchante, y luego este matarife o marchante le llevaba a su domicilio.
También se llegaba a vender queso y fruta pasada, en burros, por las calles del Municipio, pero la gente no compraba mucho porque la mayor parte de la gente, tenía alguna higuera o algunas pencas para obtener higos purretos, y es que ello significaba que la fruta fresca no se vendía y se consumía por sus propietarios en las propias casas.
Sabemos que se obtenía mucha leche en este Municipio, proveniente de las vacas, de las cabras, y de las ovejas, pero este especial e importantísimo líquido se vendía en lecheras que se enviaban para la capital, Arrecife, y que daban un buen beneficio.
También se vendía aunque por encargo y a interés de los estraperlista, la mucha cantidad de alfalfa que se cosechaba en el Municipio, ello en forma de fresca o seca, que se llevaba especialmente para la Ciudad de Arrecife, que entonces se consumía mucha.
En realidad pocas cosas más se exponían a la venta ambulante, pero sí que hay alguna más.