Fotos cedidas de TATO GONÇALVES del libro «100 vinos imprescindibles de Canarias»
Ricardo Socas Romero es un hombre emprendedor y perfeccionista que disfruta intensamente con todas las iniciativas que pone en marcha, además de un defensor a ultranza del municipio de Haría y de los valores y riquezas culturales que el norte de la Isla aún conserva.
P.- ¿Cómo fueron los inicios de esta aventura?
R.- La bodega La Grieta Malpaís de Máguez SL se crea en el año 2007. Comencé elaborando un vino casero para el restaurante El Charcón, en la Finca Hoya Romero, pero no se podía comercializar en lugares públicos, por lo que puse en marcha la bodega Malpaís de Máguez bajo la marca La Grieta. Este nombre viene de una zona al norte del islote de Alegranza. Del primer vino que hice embotellé 4000 litros.
Al principio tuvimos problemas para la comercialización porque ninguna empresa quería distribuir vino del norte de Lanzarote, al considerar que la uva de la zona no tenía la calidad suficiente. Empezamos vendiendo vino a un precio muy bajo y pagando la uva más cara. Una vez que empezamos a posicionarnos en el mercado insular abrimos mercado en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura. Hoy día comercializamos nuestros vinos también en Madrid, Barcelona y el norte de Alemania.
P.- Sin embargo, el esfuerzo y el tiempo dedicado han dado sus frutos.
R.- Sí, con el paso del tiempo, a los dos años aproximadamente, nos dimos cuenta que para saber dónde estábamos en el mundo enológico teníamos que empezar a competir con las bodegas más importantes de Europa en diversos concursos. En el año 2010 me presenté con un malvasía blanco seco en un concurso internacional de vino, logrando la primera medalla de oro y el reconocimiento internacional. A partir de ahí han venido otros galardones, entre los que destacan, en 2014, la medalla plata en el ‘XI Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos (CINVE)’ celebrado en Valladolid; en 2015, la Medalla de Plata en el ‘Catavinum World Wine and Spirits Competition’, celebrado en Vitoria, y la Medalla de Oro en el ‘Mediterranean International Wine & Spirit Challenge-Terravino’. En 2017 el vino blanco y tinto 2016 lograron la Mezquita de Plata en los ’XXIII Premios Mezquita de Córdoba 2017’.
P.- ¿Qué caracteriza a la uva y los caldos del norte de Lanzarote?
R.- El norte de Lanzarote cuenta con microclimas específicos que, unidos al suelo volcánico, altura (frío/calor) y humedad, hacen que la maduración fenólica de la uva sea espectacular. En esta zona la malvasía da un vino más fresco con aromas muy finos y una acidez fina y elegante.
En el viñedo suelo hacer pruebas de poda para ver al año siguiente por donde está la carga de uva. Según la variedad de la cepa realizo diferentes tipos de poda en la yema. Por ejemplo, dependiendo de la zona donde esté la malvasía, la poda puede variar de dos a cuatro yemas -las hay entre tres y cuatro-, y la cabernet dos yemas dependiendo de los kilos por planta se les dejan los pulgares.
P.- ¿Cuáles son los cuidados que requiere la planta?
R.- Actualmente podo unas 6.500 cepas, de los cuales más de 2.000 no producen más de 500 gramos por planta. La variedad cabernet es la que utilizo para la elaboración del vino tinto. Las viñas las tengo repartidas entre el pueblo de Ye, Máguez, Malpaís de Máguez, Los Cascajos y El Caño de La Vega.
La altitud ideal para la viña en el norte de la Isla se encuentra entre los 300 y 500 metros. Con el cambio climático las viñas en Europa se están plantando más al norte y Lanzarote, al ser una isla baja, a mayor altura la maduración fenólica se realiza mucho mejor. Con el tiempo el norte se repoblará de viña y se convertirá en un referente destacado en el mundo enológico.
P.- ¿Objetivos para el futuro?
R.- En el año 2010 comenzamos a elaborar el vino tinto. Ese año no lo vendimos porque la calidad era muy buena y decidimos disfrutarlo con familiares y amigos. El segundo año, al ser difícil su distribución, decidimos regalar una botella por la compra de una caja de vino blanco. Mi objetivo es seguir potenciando la calidad. Me siento muy satisfecho cuando llega gente a la Isla buscando nuestros vinos.
P.- Han sido pioneros también en distintas técnicas.
R.- En efecto, fuimos los primeros en Lanzarote en realizar la vendimia nocturna. Empezamos en el año 2012 con 15 personas y en la última que realizamos ya éramos unas 40. De noche el corte del racimo favorece el cicatrizado, lo que es más saludable para la planta; además la piel de la uva, debido al frío nocturno, es más dura y no se rompe al vendimiarla, lo que evita la fermentación en las cajas y así el vino tiene mayor calidad al ser más suave y agradable.
También fuimos lo primeros en comercializar el vino sumergido en la Isla. Esta iniciativa la llevamos a cabo en el año 2011 en la costa de Punta Mujeres. Sumergimos 50 botellas de vino blanco y tinto a 17 metros durante cuatro meses. En el tinto los cambios fueros espectaculares; en cambio el blanco no soportó la evolución. Cuatro meses en el fondo del mar equivale a dos años de maduración en tierra. Al no concedernos el permiso en Lanzarote para hacerlo sucesivamente tuvimos que desplazarnos a Tenerife bajo el paraguas de ‘Bodegas submarinas de canarias’, donde llevamos dos años.
P.- ¿Cómo ha sido la acogida de esta iniciativa?
R.- Pues en 2015 sacamos al mercado 500 botellas, agotándose la producción en un mes. De la añada de 2016 sumergimos 200 botellas en el mes de junio; la mayoría de ellas ya están reservadas. Tenemos previsto reflotarlas la primera semana de diciembre de este año.
En la actualidad el vino se encuentra sumergido a 18 metros de profundidad y 2,8 bares de presión en la costa de Poris de Abona en Tenerife. La membrana que separa el vino del agua de mar es un tapón de corcho microgranulado capaz de soportar una presión de 6 bares, lo que permite que los gases disueltos que conlleva el agua de mar se pasen al vino para que pueda seguir respirando.
