Por: Reyes María Concepción Betancor
Adónde van los fuegos de San Juan,
adónde van los álbumes viejos de la música
que solíamos escuchar.
Adónde va el retrovisor del coche de papá
aquella vez que se rompió al chocar.
Adónde van todos los complejos,
todos los calcetines negros,
todo lo que se marcha lejos.
Hoy he vuelto a encontrar
la bicicleta en el garaje,
me mira triste desde su soledad.
Llena de polvo, con las gomas vacías
quiere recordar que fue mi mejor amiga
en muchas tardes perdidas de rodillas heridas.
Adónde van los golpes en la pared,
algo no marcha bien.
Adónde van los armarios desiertos,
dónde va todo lo que estaba dentro.
Adónde vas cuándo no estoy a tu lado
y me quedo solo y callado.
Adónde van tus ganas de vivir,
ésas que dejaste aquí
y sin ellas,
tú, adónde vas.